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LUIS MARÍN, UN RONDEÑO OLVIDADO
Hay que destacar su educación y respeto por las ideas ajenas, de las que somos testigos, cuando, en cierta ocasión, por la amistad que nos unía, accedió a acompañarnos a Arriate para presenciar las procesiones de Semana Santa. Fue admirable su comportamiento de respeto hacia los desfiles procesionales; nosotros, como católicos activos, quedamos admirados de su conducta, que mostraba un porte de cortesía digno de admirar.

Pero Luis Marín, a la edad de 29 años, cuando estaba consiguiendo estabilizar su vida en Madrid, cierta noche, a la salida del cine en compañía de su novia, en pleno Paseo de la Castellana, murió atropellado, según dicen las crónicas, por un coche lanzado a gran velocidad. El cadáver se expuso en el Hospital de San Carlos y fue impresionante la cantidad de público que acudió para darle su despedida, sobre todo vecinos del Pozo de Tío Raimundo y Vallecas, así como cantantes, músicos, artistas, y militantes de la ORT.

Al entierro asistió el Comité Central de la ORT, presidido por Avelino Hernández. El féretro estaba cubierto por la bandera de esa organización política. La prensa de la época fue poco explícita en el modo de la muerte de Luis. Nunca se supo si fue un accidente o un asesinato político. No hubo detenidos ni culpables. Tampoco se conocieron otros detalles de su muerte, que solo circularon por los ambientes íntimos del artista rondeño.