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Ésta era la "paz" del nuevo régimen.
 Su edad, 12 años, nunca fue un impedimento, maduro con el trabajo y el sufrimiento, no tuvo apenas infancia y menos adolescencia, se hizo un hombre entre tanto dolor.
Cuando Nicolás sale de la cárcel, José tiene 20 años, al poco tiempo es llamado a filas, se tuvo que incorporar al servicio militar, es el único momento en que el estado se acuerda de él, hizo la mili durante tres años en Alcoy, fue un afortunado al conocer el mar a esa edad. A su regreso a La Cañada, el hambre y la miseria no habían abandonado el pueblo, al estar el padre allí decidió emigrar como tantos jóvenes de la época. En Bilbao trabajó durante dos años en la mina, estaba acostumbrado al trabajo duro y no le importó, ganaba dinero para enviar a la familia y eso era lo prioritario. La jornada era muy larga y tantas horas en la oscuridad lo llevaba muy mal, él que estaba acostumbrado al campo, cuando pudo cambió de trabajo, encontró uno en una fundición, los siguientes 40 años fue su profesión, de la cual estaba enamorado, él decía que los bolardos de las calles los había hecho él y se sentía muy orgulloso explicándoselo a sus nietos.
En Bilbao conoció a un chico de Riópar, pueblo cercano al suyo, este le hablaba de una prima suya que servía en una casa en el pueblo, que era "buena chica", le dio la dirección y José escribió a Rosario, ésta le contestó y después de varias cartas mutuas se ennoviaron, no se conocían físicamente y ya eran novios, la forma primitiva que dio paso muchos años después a la era de contactos y relaciones por internet.
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