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Manuel González Morante
Y supo bajar a lo concreto, lo mismo siendo promotor de cooperativas que fundador del Sindicato Unitario, siendo concejal de Torrelavega por la ORT en la primera corporación democrática, que formando parte de la primera Comisión Nacional de las antiguas Comisiones Obreras. O, incluso, simplemente, publicando, en la prensa,  una carta solidaria,  que ni siquiera él había escrito, y que le costó el despido de Sniace.

Pudo vivir mejor, pero su sentido de clase y su sensibilidad humana, le hicieron entender también el mensaje de la llamada iglesia de los pobres y lo aplicó a su vida, de tal manera que, quienes le hemos conocido desde muchos años atrás, siempre le hemos encontrado en este bando, en el de los explotados, en el de los desposeídos. Su compromiso en la lucha por la libertad para todos fue inequívoco. Su vida fue austera...Se nos ha ido el maestro.

Pero, para sus compañeros de toda la vida, Manolo creemos que se nos fue antes. Quizás hace años, cuando a él se le fue Tere, su compañera de toda la vida. Haberlo tenido como maestro, sin duda, nos ha impedido verlo como persona, profundamente triste tras la pérdida del amor de su vida. Y es que las grandes personas, los individuos sobresalientes, destacan siempre por juntar su enorme capacidad para comprender las cosas y comunicarlas a los demás, con una enorme sensibilidad y una gran capacidad para amar.

Quizás es este el momento, también, de homenajear a Tere, su compañera, siempre detrás, en segundo plano, pero apoyando sólidamente, tanto como Manolo supo apreciar, en las circunstancias más difíciles.

A Manolo y Tere los recordaremos siempre.